La comunidad tecnológica lo estaba esperando y ese día llegó, cinco años atrás, cuando el fallecido Steve Jobs irrumpió en un escenario con miles de espectadores el 9 de enero de 2007 un dispositivo que cambiaría a la industria tecnológica. El iPhone es hoy uno de los móviles más vendidos. Era la convención anual de Macworld, realizada en paralelo a la Feria Internacional de la Electrónica (CES).
Después de hacer un repaso de la innovadora trayectoria de la compañía de Cupertino, Jobs mostró a la audiencia el esperado teléfono: el iPhone. Tenía pantalla táctil, una cámara y un solo botón de comando. Traía aplicaciones integradas y conexión a Internet. Su sistema operativo era el novedoso Mac OS X.
"Es muy fácil de usar", prometía el fallecido cofundador de Apple, que vestía como acostumbraba a hacerlo: jersey negro y pantalón de jean. "De vez en cuando, un producto revolucionario viene y lo cambia todo", agregó en esa conferencia.
Su augurio se cumplió. Al sensacional éxito de ventas del iPhone, le siguieron los récords y las largas filas de espera en cada lanzamiento del nuevo modelo del teléfono: el iPhone 2, el 3, el 4 y el 4S, con el asistente de voz Siri.
El año pasado, el iPhone 4S logró vender 4 millones de unidades sólo en un fin de semana.
Ahora los seguidores de Apple esperan la llegada del iPhone 5, que probablemente vuelva a revolucionar y conquistar al mundo de la tecnología.
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