La Procuraduría General de Justicia de Chiapas detalló en un comunicado que en algunos casos "los cráneos se encuentran completos mientras que en otros se hallan fracturados, pero en todos ellos presentan una elevada sensibilidad ya que al tocarlos se quiebran con facilidad".
La cueva se encuentra en el rancho Nuevo Ojo de Agua, en el municipio de Frontera Comalapa, a 350 kilómetros de Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas. Los peritos "realizan las diligencias para determinar el sexo, edad y causas de muerte de cada uno", añadió la Fiscalía chiapaneca.
Se cree que esta cueva que fue usada como cementerio clandestino. Fue el propietario de un rancho cerca de la comunidad San Juan Carrizal, a unos 18 kilómetros de Guatemala, el que descubrió el lugar.
Un ranchero buscaba una de sus vacas extraviadas y se atrevió a entrar a una cueva para cerciorarse de que ésta no hubiese caído ahí, pero al entrar se encontró con decenas de cráneos.
Los investigadores ingresaron a la cueva, que tiene una profundidad de seis metros, y extrajeron en bolsas cientos de huesos, de los que 130 corresponden a cráneos humanos, al parecer de adultos.
La cueva se ubica en la ranchería denominada Nuevo Ojo de Agua. Según el reporte oficial, no se aprecian huellas de violencia en los restos humanos; sin embargo, algunos cráneos presentan fracturas, según la propia procuraduría.
Dada su fragilidad se desmoronan cuando se tocan y con los primeros análisis realizados en el lugar, su antigüedad no sería menor de 50 años.
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