La niña Naama Margolese, que se ha convertido estos últimos días en el símbolo de la lucha de los israelíes contra el sexismo de los judíos ultraortodoxos, ha vuelto al colegio por primera vez desde que un violento incidente provocara un movimiento de protesta por todo el país.
Con ocho años, Naama se convirtió en un nuevo caso de discriminación y acoso contra las mujeres al ser escupida y acosada por una ultra-ortodoxo por no vestir con el suficiente recato. Cuando iba a la escuela solía tener dolor de estómago debido a lo asustada que estaba, se pusieron a gritar y me escupieron, declaró Naama.
El suceso fue el detonante de protestas contra las continuas agresiones a mujeres en actos públicos y autobuses por la comunidad ultraortodoxa. Miles de israelíes salieron a las calles bajo el lema de Venimos a dispersar la oscuridad.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, criticó las agresiones a las mujeres al declarar en un discurso que "la exclusión de la mujer de los espacios públicos contradice el espíritu del judaísmo y los principios democráticos sobre los que fue fundado el Estado de Israel".
Junto al caso de Naama, otras mujeres han sufrico ataques en la última semana. Es el caso de Tania Rozenblit, que se negó a cambiarse de sitio en un autobús público cuando varios ultraortodoxos le exigieron sentarse en la parte de atrás.
Según las reglas de comportamiento internas de esta comunidad ultra-religiosa, la mujer tiene un papel subordinado al del hombre. Una discriminación que se ha extendido al Ejército, símbolo de la igualdad en Israel. En los últimos años se han denunciado varios casos en los que oficiales exigían a las mujeres no cantar en ceremonias públicas.El caso de esta niña acbade dejar antes los ojos de la comunidad internacional a los judios ultra-ortodoxo quien esta jusgando a todos los judios de la comunidad ortodoxa por igual.
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