viernes, 30 de diciembre de 2011

Nuevo boom gastronómico en Indonesia sangre y carne de cobra


 En Indonesia la serpiente lleva un papel importante en la elaboración de los fritos y brebajes a los que se atribuyen propiedades capaces de curar disfunciones sexuales, asma o alergias, se extrae primero el veneno con el que una cobra puede matar a una persona. Luego, el reptil es desollado y descuartizado. 

 El chupito y los guisos de serpiente son el menú en boga en Indonesia. Se consumen en restaurantes y puestos callejeros para remediar algún mal o fortalecer su salud, mientras que los productos hechos con el veneno, el pellejo o la carne devuelven también el vigor y la tersura de la piel.

 "Muchos hombres acuden a consumirlos para estimular su potencia sexual, la sangre fresca ayuda a liberar histamina", explicó Erika, una mujer de 34 años que regenta el restaurante King Cobra de Yakarta, fundado hace varias décadas.

 En una estancia trasera de esta taberna oscura y destartalada, se guardan en jaulas unos cientos de serpientes cobra, pitón y de otras especies de la isla de Java que en los próximos días hervirán en los pucheros o con los que se elaborarán diversas pócimas. En la botica de este mesón, elaboran y venden jarabes, potingues y cápsulas que, según se dice en las etiquetas, eliminan imperfecciones de la piel, mejoran el rendimiento sexual, aumentan la actividad cerebral y hasta facilitan alcanzar la paz mental.

 La bebida estrella del local es la sangre fresca recién extraída de la serpiente, que, todavía caliente, es servida al cliente en una pequeña copa. Se puede elegir entre la sangre de cobra negra, de módico precio; la de cobra blanca, que es un poco más cara; y la de cobra leal, por la que hay que pagar unos 129 dólares en rupias indonesias. Antes de la degustación, los clientes tienen que adentrarse en un pequeño cuartucho repleto de jaulas con serpientes y señalar la escogida al matarife, que la atrapa con un gancho no sin que la serpiente ofrezca resistencia, el matarife, que con rapidez la agarra e instantes después le cercena la cabeza con un afilado machete, mientras la cabeza todavía se mueve, el hombre exprime el cuerpo de la cobra para que salga la sangre y esta caiga en un recipiente en el que es mezclada con el aguardiente local, llamado "arak", y su bilis.

 El mejunje se debe beber de un solo trago y seguido de un vaso de agua y un caramelo para contrarrestar el fuerte sabor que tumba a algún que otro consumidor, al que por lo general se le recomienda no tomar café, té, ni refrescos durante las cuatro horas siguientes. "Los más atrevidos toman un triple cóctel que elaboramos con sangre de cobra, pitón y serpiente verde y que multiplica los beneficios estimulantes", explicó Erika.

 Lejos de la discreción que conceden los restaurantes de pitanzas a base de cobras, también hay vendedores ambulantes que ofrecen en la calle productos de medicina tradicional y comida hechos con serpientes, que por entre 8 y 80 dólares, venden aceite, carne y alcohol elaborados con partes del reptil,  también vende el animal vivo a quien lo pida y se ofrece conocimientos culinarios para prepararlo, aunque admiten que sus negocios se sustenta principalmente con los ingresos de los productos derivados, como los ungüentos que blanquean la piel o escamas para hacer infusiones afrodisíacas.

No hay comentarios :

Publicar un comentario