Los reportes indican que la mayor parte de la violencia golpeó a los barrios chiítas de Bagdad, aunque algunas áreas sunitas también fueron blanco de los ataques. El peor de los atentados ocurrió en el vecindario al-Amal donde por lo menos siete personas murieron en una explosión que, al parecer, tuvo como objetivo a los rescatistas y funcionarios que llegaron hasta el lugar después otra explosión, el peor el brote de violencia que azota al país arabe desde que se suscitó una crisis política entre las facciones sunitas y chiítas de Irak esta semana. La rencilla política, que enfrenta al primer ministro que es chiíta contra el líder político de más alto rango que es sunita, ha incrementado los temores de que las heridas sectarias podrían abrirse nuevamente.
Aunque Bagdad e Irak son lugares más seguros en años recientes, explosiones como las del jueves aún ocurren a menudo, la disputa entre el primer ministro Nuri al-Maliki y el vicepresidente sunita Tariq al-Hashemi ha sumido a Irak en la peor crisis política en años, el gobierno de Al-Maliki ha acusado a Al-Hashemi de dirigir un escuadrón de la muerte contra funcionarios, el primer ministro también está presionando por un voto de remoción contra otro político sunita, el viceprimer ministro Saleh al-Mutlaq.
Aunque Bagdad e Irak son lugares más seguros en años recientes, explosiones como las del jueves aún ocurren a menudo, la disputa entre el primer ministro Nuri al-Maliki y el vicepresidente sunita Tariq al-Hashemi ha sumido a Irak en la peor crisis política en años, el gobierno de Al-Maliki ha acusado a Al-Hashemi de dirigir un escuadrón de la muerte contra funcionarios, el primer ministro también está presionando por un voto de remoción contra otro político sunita, el viceprimer ministro Saleh al-Mutlaq.
Muchos sunitas temen que esto sea parte de una mayor campaña para ir contra personalidades políticas de su grupo social y para aumentar el control chiíta en todo el país en un momento crítico, cuando todos los soldados estadounidenses se han ido de Irak.
Nadie se responsabilizó de inmediato por la violencia del jueves. Pero la naturaleza coordinada de los ataques y el hecho de que ocurrieron en numerosos vecindarios sugieren una capacidad de planeación solamente disponible para Al-Qaeda en Irak.
Muchos de esos vecindarios también fueron áreas chiítas que son un blanco favorito de la red terrorista. Este grupo sunita muchas veces ataca objetivos chiítas, a quienes acusa de no ser verdaderos musulmanes.
La organización de milicianos sunitas está severamente debilitada en comparación con la fuerza que tenía en los primeros años de la guerra, pero todavía es capaz de lanzar asaltos coordinados y mortíferos de vez en cuando.
Autoridades militares de los Estados Unidos han manifestado su preocupación por la recuperacion de Al-Qaeda después de que el Ejército estadounidense salio de Irak. Si eso sucede, extremistas chiítas podrían volver al combate y atacar objetivos sunitas, lo que enviaría al país de regreso a la violencia sectaria que experimentó hace algunos años.
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