Piden la cabeza del director del Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur, Won Sei Hoon, por su "inaceptable" ignorancia y su pobre desempeño. Así lo expresó Park Young Sun, legislador del partido opositor Liberty Forward.
Este pedido de renuncia fue respaldado, también, por el titular de la comisión de Inteligencia de la Asamblea Nacional y diputado por el partido de gobierno, Grand National Party, quien dijo "El director debe asumir la responsabilidad y renuncia a su cargo por no enterarse de la muerte de Kim hasta que lo dijo la televisión".
Las expresiones de estos legisladores son un eco de las crecientes críticas de la opinión pública en general contra los fallos de la agencia estatal en la tarea de recabar información acerca de Corea del Norte, cuyo régimen sigue técnicamente en guerra contra su vecina del sur.
A modo de consuelo, si cabe, le queda a Won Sei Hoon el de no haber estado sólo en esta ceguera. Ironicamente También Barack Obama se enteró por la televisión; en realidad, media hora después de que la noticia fuese emitida, según admitió la Casa Blanca. Al parecer, sólo la embajada china en Pyongyang accedió a la información el mismo día de la muerte de Kim, el 17 de diciembre.
La falta de información confiable es tanto o más crítica para el Gobierno de Corea del Sur cuanto la muerte del dictador norcoreano abre un período incierto de transición, no exento de peligros, en un país dotado de armas nucleares.
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