En un comunicado, la legación diplomática definió a los asaltantes como “elementos saboteadores que dependen del Consejo de Estambul en alusión al CNS y reciben financiación de algunos países del Golfo conocidos por su hostilidad a Siria ” .
Además, atribuyó a las autoridades egipcias “ la responsabilidad completa por la falta de protección del edificio ” y señaló que las fuerzas de seguridad egipcias tenían conocimiento de las personas que irrumpieron en el edificio y que no hicieron lo suficiente para evitar el ataque.
La embajada había proporcionado anteriormente a Egipto los nombres de algunos de los implicados en el ataque, que supuestamente habían participado en otras agresiones contra la residencia del embajador sirio y las oficinas de la Aerolínea siria.
El asalto se produce después de dos intensas jornadas de represión en Siria que se han saldado con más de un centenar de muertos.
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