martes, 10 de enero de 2012

El historial de Romney es cuestionado en su promesa de crear empleo


 A Hollywood le gusta hacer películas románticas en las que un agresivo hombre de negocios que compra y vende empresas sin importarle las vidas o los sueños que destruya acaba viendo la luz de un capitalismo más humanista. En la vida real, sin embargo, a los tiburones de Wall Street rara vez se les ablanda el corazón, ni el "establishment" estadounidense acepta las medias tintas.
  Mitt Romney no es el Richard Gere de "Pretty Woman", aunque también fuese consejero delegado de una firma de capital de riesgo que se prodigó en despidos en las empresas que adquirió. Hoy dia que tenía que consolidar su liderazgo en la nominación republicana con la victoria de New Hampshire, en los limpiaparabrisas del pequeño estado de Nueva Inglaterra aparecieron los formularios rosas que simbolizan los despidos en Estados Unidos. El candidato multimillonario había tratado de enmendar una frase desafortunada en la que dijo "ser feliz por poder despedir a la gente". Cuando intentó mostrar sensibilidad hacia los parados, Romney, de 64 años, recordó haber estado preocupado "un par de veces" en su vida por la posibilidad de que le extendieran uno de esos formularios rosas. Muchos se lo tomaron a burla, empezando por sus rivales.
  "No tengo dudas de que a Romney le preocupan los formularios rosas", dijo sarcásticamente el gobernador de Texas, Rick Perry. "Le preocuparía si tenía suficientes, por su empresa Bain Capital y todos los empleos que ha destruido".
  El ataque conservador pilló por sorpresa al favorito del Partido Republicano para medirse con Barack Obama en noviembre. "Pensaba que esto me iba a venir del presidente, de los demócratas y de la izquierda", confesó.
  Desde que fundó en 1984 con dinero ajeno Bain Capital, ha invertido en más de 250 empresas que pasaban por apuros financieros, pero "no buscaba crear valores", denuncia el grupo Winning our Future que hace campaña por Newt Gingrich. "En lugar de eso, como un animal carroñero, Romney buscaba negocios que pudiera desmantelar. Representa el peor tipo posible de depredador, que opera dentro de la ley pero muy por encima de lo que los verdaderos capitalistas consideran ético".
  Romney exhibe su experiencia empresarial como prueba de que creará empleo al frente del Gobierno. Al favorito republicano le gusta hablar de Staples, Port Authority o Domino's Pizza, empresas que prosperaron gracias a su intervención. Sus rivales prefieren recordar la fábrica de Kansas City en la que despidió a 1.700 trabajadores, o a la de Carolina del Sur que despidió a 150 hace solo cuatro años.
  En la mayoría de casos Bain Capital sacó una rentabilidad millonaria de entre el 50% y el 80%, aunque dejase atrás empresas cerradas o empleados sin pensión. Mientras, la selección del jurado empieza hoy en Carolina del Sur, donde los operarios de una planta industrial en Gaffney subirán al estrado para contar cómo se quedaron sin trabajo "Cuando Mitt Romney vino a la ciudad", como se titula el documental que han comprado los partidarios de Gingrich.

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