Los británicos van a tener que reducir el tiempo que dedican a ducharse, hasta el límite de los cuatro minutos, si no quieren sufrir cortes en el suministro de agua.
Este es el llamamiento que ha hecho el Gobierno británico ante la peor sequía que sufre el país en 35 años. Tras dos inviernos secos, el nivel de los embalses se ha reducido considerablemente, en algunas zonas hasta un 70%.
Esta situación ha obligado a las autoridades a activar la alerta en el capítulo de información pública, pero también en la política de gestión y suministro de agua. De hecho, la mitad de los británicos tendrá prohibido el uso de mangueras en las próximas semanas, tal y como publica este martes el diario 'The Telegraph'.
Escocia ha registrado las lluvias más fuertes desde que hay registros; Gales y el noreste de Inglaterra han resultado relativamente húmedos. En cambio, el centro y este de Inglaterra han vivido los 12 meses más secos de la historia. La pasada Navidad se recordará por la falta de lluvias.
Concretamente, el centro de Inglaterra ha tenido aproximadamente un 70 por ciento menos de precipitaciones de lo normal y dos empresas de agua, Anglian Water y Southern Water, se han visto obligadas a aplicar permisos de sequía para extraer agua de nuevas fuentes.
Los ciudadanos tendrán que enfrentarse a restricciones de agua. Pero, de momento, las autoridades no están hablando a la gente de tener que hacer cola para el agua, tal y como ocurrió en numerosas partes de Gran Bretaña durante la ola de calor de 1976.
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