La propuesta plantea pedir a los ciudadanos sin hijos una mayor contribución, con el fin de crear una caja de ahorro para hacer frente a los crecientes costos de seguridad social que implica el progresivo envejecimiento de la población. A su vez, el impuesto debería servir de incentivo para revertir la tendencia demográfica negativa.
La iniciativa pretende establecer una caja de ahorro para afrontar a los crecientes costos de seguridad social. La canciller, Angela Merkel, se mostró en desacuerdo con la medida y espera encontrar "otros caminos"
El proyecto, elaborado por Marco Wanderwitz, diputado alemán presidente de los jóvenes de la CDU en el Parlamento, es tan simple como contundente los que no tienen hijos pagarían todo el monto del impuesto; los que tienen sólo uno pagarían la mitad, y a partir de los dos hijos no se pagaría el impuesto.
La iniciativa pretende establecer una caja de ahorro para afrontar a los crecientes costos de seguridad social. La canciller, Angela Merkel, se mostró en desacuerdo con la medida y espera encontrar "otros caminos"
El proyecto, elaborado por Marco Wanderwitz, diputado alemán presidente de los jóvenes de la CDU en el Parlamento, es tan simple como contundente los que no tienen hijos pagarían todo el monto del impuesto; los que tienen sólo uno pagarían la mitad, y a partir de los dos hijos no se pagaría el impuesto.
Merkel se vio obligada a tomar posición: "Una división de las personas entre quienes tienen hijos y quienes no, no es adecuada al fin que perseguimos", señaló. "Creo que tenemos que encontrar otros caminos", añadió la canciller, que además reconoció que la preocupación por "hacer el sistema de seguridad social más sustentable es legítima".
Por su parte, la ministra de Familia, Christina Schröder, correligionaria de Merkel, señaló que la tasa de nacimiento se puede mejorar "con incentivos y no con castigos".
Según un diputado no se dejó asustar por la negativa de Merkel y señaló que "la canciller rechazó la propuesta en su formulación actual, pero reconoció el fundamento de la idea", y es éste, según él, un incentivo para seguir luchando en esta dirección, sin interferir con la libertad de autodeterminación de los individuos: "La política no puede y no quiere prescribir a la gente con cuántos hijos tiene que vivir".
Más allá de su factibilidad, la propuesta de Wanderwitz tuvo mucha repercusión porque enfocó un problema real de la sociedad alemana el envejecimiento de la población, y sus consecuencias económicas, que se distribuyen en varios niveles: por un lado, los ya mencionados aumentos en los costos sociales de la cada vez más amplia población mayor; por otro, la falta de trabajadores especializados en varios sectores de la economía debido a que el número de jubilados no se compensa con el de los nuevos llegados al mercado laboral.
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